Día del Libro 2022

Cada 23 de abril se celebra el Día del Libro en recuerdo del fallecimiento de dos de las más insignes figuras de la literatura universal: Miguel de Cervantes y William Shakespeare. Sendas obras suyas, Don Quijote de la Mancha y Romeo y Julieta, son leídas en nuestro cole para comentarlas en las tertulias literarias dialógicas. Leer y escribir son cosas que, sin ser lo mismo, están muy emparentadas. Y tanto que lo están. Como primas hermanas que son diremos, sin temor a equivocarnos, que es imposible no practicar una de ellas sin mejorar la otra. Que no hay quien conserve intacta su habilidad para hablar y escribir  si lee con atención a gigantes de la literatura. El conocimiento que las más notables autoras y autores tienen de los secretos de las palabras que emplean y de su habilidad para relacionarlas nos convierte a quienes leemos sus obras en mejores pensadores, en más hondos constructores de la vida que deseamos llevar, donde la vulgaridad  queda desterrada y se aposentan la inteligencia, el cuidado, el gusto, la delicadeza… 

Todos los relatos se han recogido en un bloc. Estos niños y niñas de Infantil le echan un primer vistazo en el patio… ¡Qué ilusión les hace!

Nuestro colegio ha querido recordarse que inventar conjuntamente relatos constituye todo un reto que comporta imaginación, audacia y exige desarrollar la capacidad para llegar a acuerdos. Y desde luego no es nada fácil armonizar un crisol de opiniones y ocurrencias y hacerlo converger en un texto final legible y que concite un mínimo de atención. Así lo prueban los chicos y chicas de Primaria que aparecen en el siguiente vídeo. Si bien la redacción de los textos ha sido cosa de todo el alumnado, la narración solo podía recaer en unos pocos. 

 

A continuación colgamos, para su disfrute, un vídeo en el que la gente más bajita del colegio, pone voz a los relatos de Infantil. Todo un tesoro que, con el paso de los años, acrecentará su brillo.  

Por último, informamos a nuestro alumnado de las obras a que pertenecen los fragmentos que se han escuchado por megafonía hoy viernes y que corresponden a grandes obras que hemos leído o que estamos leyendo  semanalmente en el cole.

Fragmento 1: El Patito Feo ; fragmento 2: La Odisea;   fragmento 3:  Ali Baba y los cuarenta ladrones; fragmento 4: El Jardín Secreto; fragmento 5: Las Aventuras de Tom Sawyer  y fragmento 6: El Lazarillo de Tormes.

Esta es la clave que desvelamos, chicos y chicas. Esperamos que hayáis acertado. Y si no ha sido así, ya sabéis: a seguir leyendo, que el próximo curso habrá un nuevo Día del Libro y, con él, nuevas sorpresas.

¡Buena lecturaaaaaaaaaaa!

¡¡¡Vamos a transformar el patio!!!

Qué alegría sentimos cuando el Ayuntamiento de Pamplona nos comunicó que había escogido nuestro colegio para acometer una transformación en el patio que permitirá que lo disfrutemos mucho más que ahora. Lo habíamos mantenido casi en secreto hasta no concretar el primer paso que se dio el pasado lunes 28: Fermín Blanco y Clara Eslava, arquitectos expertos en transformar espacios educativos, vinieron al colegio a explicarnos al claustro su propuesta participativa, abierta y sostenible para el patio de nuestra escuela. Sin duda, va a ser una gran oportunidad para que el cole, y no solo el cole sino el vecindario al completo, le saque chispas. Un mes antes ya habíamos mantenido una reunión con Fermín y José Manuel Santana, jefe del área educativa del Ayuntamiento de Pamplona, mientras hacíamos una visita a distintas dependencias del centro: conocieron el vestíbulo, los pasillos, algún aula y recorrieron el patio, el gran patio que se extiende entre los edificios de Primaria e Infantil y el río Arga. Comprobaron que disponemos de un espacio enorme, con una excelente zona cubierta que nos protege de las inclemencias del tiempo.

A pesar de los aspectos positivos que, sin duda, tiene un espacio grande como el que tenemos, somos conscientes de las limitaciones con que cada día se enfrentan nuestros chicos y chicas: un espacio plano, construido de un único material, monocolor, duro, en el que no es difícil hacerse daño al caer, con escasísimas zonas para volverse invisible siquiera por unos instantes y que invita casi exclusivamente a practicar el fútbol, no es ese espacio en el que quieren pasar los ratos jugando… Como tampoco es ese lugar de juegos soñado en el que queríamos estar de niños quienes hace ya mucho que dejamos atrás la infancia.

Queremos disfrutar de un patio que sea sostenible, es decir, que exija poco o muy poco mantenimiento y que resulte barato pero que permita el ejercicio atlético (practicar deportes, saltar, correr, trepar…), lo mismo que la calma y la quietud necesarias para mantener una conversación, leer un libro o dibujar bajo el sol y que también incentive la exploración, el descubrimiento de la diversidad natural, de la riqueza faunística y botánica que se desborda al otro lado del muro. Porque así es. Justo al lado discurre el Arga y en su ribera un pasillo verde donde fácilmente se ven garzas, cormoranes, carboneros, herrerillos… Un vecindario alado que con gusto alojaríamos en nuestro patio. Por eso no sería nada malo naturalizarlo, darle otro aire, tal vez empezando por la introducción de árboles, o dando lugar a que pequeñas plantas, malas hierbas dirán los menos conocedores de sus virtudes, lo colonicen porque hoy ni siquiera tienen la oportunidad de dejarse ver en las fisuras de los muros o en las grietas del pavimento. 

Nuestro colegio está ubicado en un lugar espléndido, en un entorno que ofrece posibilidades que se truncan drásticamente dentro del recinto del patio: un paseo por los aledaños de la escuela es toda una invitación a conocer especies botánicas tan humildes como fascinantes por los secretos que encierran, como la euforbia, la hierba del ajo, la parietaria, la lathraea, la celidonia o la verónica, el diente de león, la cerraja, el pan y quesillo y muchas más que no encuentran dónde sobrevivir dentro del patio. 

En la cultura infantil la línea que divide el aprendizaje y el juego no es tal. No existe. Así adquiere todo el sentido disfrutar de un lugar que además de proporcionar esparcimiento, enseñe y lo haga deleitando, convertido en un libro de texto, en un manual vivo de infinitas hojas y ninguna ilustración. Por eso, repensar el patio no pasa por llenarlo de objetos, por proyectar un diseño mirando catálogos de empresa o recurriendo al plástico. Sin duda, necesitaremos mobiliario que satisfaga las necesidades del alumnado y de quienes visiten el cole por las tardes o en tiempo de vacaciones. Así, aunque soñemos un proyecto de transformación que se apoye en el aprendizaje dialógico y sus principios universales será ideado para que el barrio de San Jorge siga disfrutando del deporte y expanda la creatividad de la chavalería cuya diversidad, tan patente en las aulas, en modo alguno se refleja en el actual patio de recreo.

Como hemos señalado anteriormente, el exterior de la escuela ofrece posibilidades que no ofrece el interior. Una inesperada nevada nos invita a dejar el aula, como a estos chicos y chicas de Primero que, con buen abrigo, fueron a tocar la nieve justo al lado. Sin embargo, el piso del colegio no se transformará en un campo de golf, claro que no, no será una alfombra perfecta. La propuesta ha de ser, por fuerza, fácil de mantener. Cualquier otra solución que nos exija un control exhaustivo del entorno sería un impedimento para que se convirtiera en un auténtico y enriquecido laboratorio de juegos y exploración que es lo que queremos que sea.

Para llevar adelante el proyecto de transformación del patio se ha constituido un grupo motor, integrado hasta la fecha por siete docentes, cuyo objetivo será liderar y coordinar las acciones que nos traigan el tan deseado cambio. Dicho grupo se reunirá con los arquitectos para sopesar posibilidades, sugerir ideas y, ¡muy importante!, animar a la comunidad educativa a participar en él, ya que el éxito de la empresa depende en buena medida de que también los familiares de nuestros chicos y chicas hagan oír sus sugerencias y compartan sus sueños. Y es que, familias, sabéis que los lugares donde pasamos la vida potencian o limitan nuestras opciones, nos dan alas o nos las recortan, nos cierran puertas o nos las abren de par en par. Ponernos a trabajar juntos por la transformación del patio es hacerlo por el bien del colegio y del barrio, por sus colectivos y asociaciones, por las instituciones que apuestan por San Jorge y que pueden contribuir de manera voluntaria o profesional a la forja de un sueño compartido.

Entre todas y todos iremos dando forma a un proyecto que va a enriquecer la manera como nos relacionamos con los demás, en un entorno distinto, mejorado, estimulante, que aspire a convertir un patio de toda la vida en un mundo donde explorar y experimentar, donde conocerse mejor a sí misma, en un mundo a la altura de sus jóvenes habitantes.

El Carnaval regresa a nuestro cole de San Jorge

Si el año pasado celebrábamos el carnaval en medio de un ambiente gris y amenazante de lluvia,  con toda la cautela que imponían las medidas antipandemia el pasado día 25 de febrero vivimos justo lo contrario: el carnaval nos trajo una mañana soleada y estupenda. En el patio, con música y desfilando junto al profesorado, nuestros chicos y chicas lucieron sus coloridos atuendos, exultantes, olvidando que, durante dos años no habíamos podido disfrutar de una tradición tan sentida en este querido cole nuestro. Ha pasado mucho tiempo para que podamos encontrarnos otra vez haciendo algo en comunidad. 

 

Aunque aún no hemos dejado atrás los rigores de la pandemia, ni hemos olvidado la situación sanitaria que sigue imponiendo sus normas, ya sentimos que el final se acerca y que pronto, así lo esperamos, podremos vernos la sonrisa sin que ningún obstáculo lo impida. Por fin pudimos celebrar esta fiesta con toda la chiquillería bailando, sonriendo, divirtiéndose. 

 

Pincha aquí para ver las fotos del día. Hicimos unas cuantas. Todas con la intención de mostrar el día que pasamos. En realidad, podríamos llenar este blog con una enorme cantidad de fotografías y vídeos. Las que escogemos nos tienen que servir para pensar los pasos que damos como escuela, las actuaciones educativas que realizamos, en definitiva, a qué aspiramos como comunidad educativa.

Las dos últimas sesiones de la mañana las dedicamos a la fiesta del carnaval. Bajamos al patio y nos colocamos en un gran círculo dejando un espacio central libre para el desfile.  Ordenadamente, cada grupo con sus profes se daba un garbeo ante la mirada del resto, que pacientemente esperaba su turno para desfilar. De fondo, buena música carnavalera para derrochar toneladas de ilusión, como se aprecia en los vídeos que ilustran esta entrada. 

 

Cada dos años, este colegio celebra el variopinto carnaval rural navarro. Una auténtica oportunidad para reunirnos y festejar la tradición que nos conecta con nuestros pueblos invitándonos a adoptar la identidad de personajes inmemoriales. Conocer distintas expresiones culturales y compartir experiencias contribuye a dar más sentido a los lugares donde vivimos y dar valor a las costumbres de nuestra tierra. De ahí que lo que se pueda experimentar en el colegio junto a otros compañeros y compañeras tenga enorme valor e importancia.

 

La mañana del pasado día 25 salió redonda pero sí hubo un pero: faltaron las madres, los padres, las abuelas, los tíos… Aún no podía ser. Les echamos de menos. Os echamos de menos. Os extrañamos. Sabemos que cualquier momento vivido en el colegio es un momento especial. Más si cabe cuando ese momento lo compartimos todas las personas, sin excepción. Juntas y en armonía. Porque todas las personas engrandecen a la comunidad y la hacen única.

 

No nos cansamos de repetir a nuestro alumnado que cada persona trae al mundo una gran novedad, que no hay dos personas iguales y que las necesitamos a todas. Y no nos referimos exclusivamente a los pequeños de la casa. Nos referimos también a los mayores, a los padres y las madres que confían lo más valioso de sus vidas a un profesorado que sabe que con su participación y compromiso todo aprendizaje se hace más grande, más eficaz, más sensible y elevado. Saberlo es muy importante. Saber cómo se hace es más que eso: es vital. Y en nuestro cole de San Jorge sabemos qué tenemos que hacer para volver realidad este sueño.

 

La vida, como el carnaval, exige que la persona se implique y se complique, que se mueva, que cambie de ropaje,  es decir, que esté dispuesta a salir de la comodidad de lo conocido. Aunque parezca extraño, este hecho que puede ser tan incómodo como exigente, nos alarga la experiencia del vivir. Ante la novedad la mente se despierta y cuando estamos despiertos el tiempo discurre con más lentitud. Quien aprende durante toda la vida, vive más. Y esto también es ciencia. Padres, madres, familias: enseñémosles a ellos y ellas mientras lo vamos aprendiendo  nosotros. Es la mejor forma de hacerlo. De hecho, es la única.

¡Viva el carnaval! ¡Viva el cole de San Jorge!