Vivir las tradiciones con alegría nos une como comunidad. Aunque la festividad de Santa Águeda se vincula especialmente con la cultura vasca, cada año todo el alumnado del cole, hable o no euskera, se reúne para escuchar cómo cantan las canciones que interpreta el alumnado que sí lo estudia. Este 2023 ha ocurrido de nuevo aunque con una novedad respecto a los años anteriores: hemos podido reconquistar el interior de la escuela y convertirlo en escenario improvisado.
Los descansillos de los tres pisos del edificio de Primaria y la sala de psicomotricidad del edificio de Infantil han sido los lugares donde nos hemos congregado para escuchar las canciones que en tantas ciudades y pueblos entonan los coros callejeros. Pero no todo es escuchar; también , y sobre todo los más pequeños, observamos atentamente cómo las makilas, los palos, golpeaban rítmicamente el suelo para anunciar que, aunque haga mucho frío estos días, el invierno va pasando y que enseguida llegará la primavera y, con ella, el despertar de la tierra.
Los vídeos que incorporamos a esta entrada nos dan una idea de cómo discurrió la fiesta, de lo bien que lo pasamos y de que la música, como todas las artes, transforma el vínculo entre las personas hasta hacer que nos sintamos parte de una misma familia, la familia del cole de San Jorge. Y es que la música no es que amanse a las fieras, es que nos esponja el corazón… Hasta hay quien dice que primero hay que bailar y después pensar porque es primordial hacer antes lo más importante… Seguro es exagerado, pero lo sería más aún pensar que la música solo es un complemento o un mero pasatiempo. La música acompaña a las personas, que avanzamos siguiendo el ritmo del corazón.
¡Viva la música! ¡Viva santa Águeda!