¡Cómo nos alegra que 115 familias ya sean socias de la APYMA del colegio!

Siempre es un placer dar buenas noticias. Y vaya sí lo es haber llegado este curso a las 115 familias socias de la APYMA, 115 familias que han depositado su confianza en la gestión y compromiso de un grupo de personas que entregan su tiempo para hacer feliz a nuestro alumnado y avivar sus aprendizajes más allá del horario escolar. Como el profesorado, la Asociación de Padres y Madres trabaja día a día con una aspiración que da carácter y sentido a nuestra escuela: hacer de ella un lugar donde todas las personas aprendamos a tope y estemos muy, muy a gusto. Cuando mencionamos expresamente a todas las personas, lo hacemos porque no solo hablamos del alumnado. Sus familias -padres, madres, tíos, abuelas…- también han de tener su lugar en una escuela que brinda esa oportunidad con fuerza y convicción crecientes. Que algunas personas no hayan tenido esa posibilidad en otros tiempos y lugares no ha de ser obstáculo para que vivan el cole desde dentro, que es donde queremos a las familias: construyendo un lugar mejor, de mayor nivel académico y social, más tolerante y democrático, que responda mejor a los desafíos de la sociedad actual, que se haga grande desde el reconocimiento de quiénes somos, de dónde venimos y forje su identidad derribando las barreras que nos separan.

Las familias son el primer entorno conocido por los niños y las niñas. Cuanto más cerca estén del colegio, mucho mejor.

     En nuestra escuela la APYMA desempeña una labor muy importante. Su trabajo voluntario, sin recibir otra recompensa que no sea la satisfacción de colaborar en el proyecto educativo del centro, ofrece la posibilidad de disfrutar mucho con las actividades que se realizan y demanda, eso sí, un poco de tiempo para organizarlas. De ahí que cuantas más manos se sumen a las tareas programadas mucho mejor. Este trabajo de la APYMA ha permitido organizar este curso 21/22 las siguientes actividades extraescolares: aikido, taekwondo, artes plásticas, árabe y gimnasia rítmica, cuya información está disponible en este mismo blog.

     ¿Para qué habría de participar una familia en la APYMA? Entre las muchas razones que explican dicha participación destacamos las siguientes:

  • Para sentirse parte activa de la vida escolar.
  • Para ahorrar alguna cantidad de dinero en las actividades que organiza.
  • Para impulsar la transformación del centro desde dentro.
  • Para enriquecer al colegio desarrollando los siete principios del aprendizaje dialógico y, muy especialmente, uno de ellos: la inteligencia cultural, es decir, reconocer y fomentar las distintas habilidades de todo tipo que tienen las personas que forman nuestra comunidad educativa.

     Lograr estos objetivos solo es posible con trabajo continuo y compartido pero, sobre todo, con mucho amor al colegio. Así se explica. En el cole pasan muchas cosas valiosas. No obstante, para que sigan pasando necesitamos que más personas se sumen a las labores que realiza la APYMA, como son la organización del festival de navidad, los carnavales, la fiesta de fin de curso, la elaboración del calendario anual con las fotos del alumnado, etc. Todas estas labores demandan mayor participación familiar aunque no son las únicas porque la APYMA  también participa en distintas comisiones de coordinación del barrio y se coordina con las APYMAS de los otros centros escolares de San Jorge. No menos importante es el hecho de que también toma parte de la Comisión de Convivencia del colegio junto a representantes del profesorado, comedor, Orientación, el equipo directivo y la promotora escolar, que este curso 21/22 se ha unido al centro para impulsar la convivencia y estrechar el vínculo entre el centro y las familias. En las sesiones semanales de los jueves la Comisión de Convivencia profundiza en aspectos que mejoran de distintas maneras el día a día en el cole, también llevando a cabo tertulias dialógicas sobre textos de carácter científico que abordan, por ejemplo, el Modelo Dialógico de Prevención y Resolución de Conflictos, que inspira y justifica la adopción del Club de Valientes, amplísimamente extendido en nuestro centro.

     La forma de participar en la APYMA del colegio es bien sencilla: haciendo una aportación de 15 euros por familia y curso ya se es miembro. Poco importa si en la familia hay un niño, dos, tres o más.  En otras palabras, el precio es fijo. Y no varía porque es, desde luego, un precio muy módico. Como centro estimamos muy oportuna dicha cantidad que beneficia a las familias y fomenta la participación de todo el mundo.

Antes de Navidad, Su Majestad Melchor y Olentzero fueron invitados por la APYMA para hacer la visita tradicional al colegio. Las mascarillas, como debe ser, en su sitio.

     La incorporación de las familias a la APYMA anima a otras personas a tomar parte, aunque no se haya participado con anterioridad en ella. Es un hecho que se necesitan ideas nuevas, más propuestas de actividades, visiones más profundamente educativas que a veces pasan desapercibidas. Todo ello sin perder de vista que los niños y las niñas cuyas familias participan activamente en la escuela se benefician siempre ya que sienten que sus padres y madres pertenecen al lugar donde ellos van cada día a aprender. Y esto es impagable.

     Somos un centro que acoge a treinta y dos nacionalidades distintas. La diversidad no es un fin. Ser de aquí o de allá no agota la realidad de ser personas; es solo un punto de partida, un comienzo. El destino, el lugar adonde se llega, no se vislumbra fácilmente cuando hay tanto que recorrer, tanto que avanzar, si no se dispone de un mapa que nos marque el camino. Pero es que en un mundo tan complejo como el actual ha de haber muchas personas distintas que contribuyan a marcar ese itinerario y nos adviertan del lugar dónde se encuentra el siguiente escollo, el invisible recodo en el camino que puede doblegar la voluntad de seguir. Cuando los chicos y chicas ven a sus familias cerca de la escuela, cuando les ven participar y hablar de ello en casa se estrecha la relación con la escuela, lo que tiene un impacto radical en el aprendizaje de los niños y niñas. ¿No merece la pena, por tanto, participar más con la APYMA y, de esta forma, con el colegio?

Participar en la APYMA es sencillo. Cada quien aporta lo que sabe, lo que puede, lo que quiere para darle brillo al colegio y a lo que ocurre en él. La Navidad es un buen momento para arrimar el hombro.

     Queremos a las familias apostando fuerte por un centro educativo que valora la transformación dialógica, que confía en ella como gran motor de cambio de la sociedad: aunque la pandemia ha retrasado su implicación en las aulas se acerca el momento de que las familias participen en actuaciones educativas de éxito identificadas por la comunidad científica internacional:  las tertulias literarias dialógicas y, especialmente, los grupos interactivos.

     Los familiares y el alumnado del centro profesan distintas religiones,  pertenecen a diferentes pueblos y etnias, hablan muchas lenguas que dan forma a un crisol cultural que representa la gran riqueza del colegio y, por tanto, del barrio.  Sin embargo, no nos conformamos con su mera presencia en el colegio.  Deseamos que participen activamente y que, como el profesorado y el alumnado, aprendan en la interacción constante con todas las personas de la comunidad educativa. 

Qué detallazo, APYMA, repartir el diploma que acredita que nuestros chicos y chicas superaron con éxito un curso 20/21 complicado, muy complicado. ¡Enhorabuena!

     Esta escuela, y la APYMA tiene un papel clave en ello, proporciona espacios de participación familiar creciente, tiempos para el diálogo sobre la convivencia y el Modelo Dialógico de Prevención y Resolución de Conflictos, que contribuyen a lograr los mejores aprendizajes y a comprendernos mejor.

Hablar en un entorno seguro, libre y comprensivo ayuda a pensar en claves distintas, nos ayuda a abrirnos a  realidades diferentes a las nuestras. Sabemos que lo mismo que la lectura de un libro y su comentario cambia nuestras conexiones cerebrales (de hecho, es lo que provocan las tertulias literarias dialógicas que hacemos en todo el colegio), también modifica la estructura de nuestro cerebro escuchar con atención los argumentos que pueden esgrimir otras personas nacidas tal vez en lugares lejanos o que tienen experiencias de vida muy diferentes a las nuestras. Poco a poco, a medida que vayamos dejando atrás estos tiempos aciagos de pandemia, la participación familiar irá adquiriendo una mayor relevancia. Para lograr este objetivo que perseguimos como cole –y que debiéramos perseguir todos los centros educativos–, contamos con la APYMA. Con la APYMA al lado, todo es mucho mejor y más fácil. GRACIAS.

 

¡¡¡Feliz vuelta al cole!!! ¡¡¡Feliz año 2022!!!

 

 

 

 

 

 

 

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